Los días más largos es una novela corta o un relato largo. Narra acontecimientos cotidianos que discurren en apenas una semana desde la mirada de su protagonista.

viernes, 4 de marzo de 2011

CAPÍTULO 6. PERIS

Justo terminar de recoger y sonar el timbre de entrada. Dos horas y a casa. Sebas y César se apresuran y consiguen llegar puntuales. Toca lengua con Peris. Ni tiempo para respirar. El señor Peris no necesita presentación porque lo conocen  hasta las ratas de las cloacas del colegio. Manda repartir un folio en blanco para que escriban una redacción. Se acerca a la pizarra y con trazo enérgico apunta: Las vacaciones de verano. Original, el tema; no hay curso que no les hagan escribir sobre las vacaciones el primer día de clase.

-Podéis empezar. Y ojo con las faltas porque bajan nota. Os agradecería un poco de imaginación y que pongáis algo más que lo del calor, la playa y esas cosas de siempre. No sabéis lo aburrido que es leer veinte veces lo mismo.

Qué gracioso, el Peris. ¿Y las veces que ellos han tenido  que escribir “lo mismo”?. Si es que cada año igual. Pues sí que lo tiene crudo, porque casi todos veranean en la playa y en verano hace calor. Eso todo el mundo lo sabe y no es cuestión ahora de inventarse lo que no es...

Lo de Sebas y las redacciones es como un martirio. Nunca se le ocurre cómo empezar ni qué poner. Por mucho que escarbe en el cerebro no le salen más que cinco o seis líneas. A él cosas le han pasado muchas, pero no las va a contar en una redacción. Sus cosas son suyas y se las explica a César, a Pablo... y para de contar.

Aún se acuerda de aquella vez, en cuarto, que también tenían a Peris de lengua y va el tío y se pone a leer en voz alta delante de toda la clase una redacción suya. Iba sobre los abuelos y él escribió cosas “bonitas”, que Sole hasta se emocionó cuando se la enseñó. Pues la broma duró semanas y Juan mofándose cada vez que podía... “Ay, la abuelita... ¡Qué preciosa es Lluna!...”.Y todo porque explicaba de Clariana , las excursiones con los abuelos y los primos, de Lluna  y la tía Luci que siempre se le ocurren planes originales y divertidos. Al señor Peris le gustó “demasiado” la redacción, pero él se quedó bien fastidiado y Juan diciendo a todos que Sebas era una nenaza. ¡Pues prefería suspender que pasar vergüenza medio curso!

Este verano lo he pasado muy bien. Hemos hido a la playa algunos dias en  Agosto con mis padres i hermanos. Ha hecho mui buen tiempo y nos hemos podido bañar. Han benido mis primos de Barcelona con unos amigos suyos...”.
                                                   
Sebastián Peñas

Ya está; a Sebas no se le ocurre nada más y si a Peris no le gusta que se aguante. Deja el lápiz sobre la mesa, cruza los brazos y apoya sobre ellos la barbilla. Mira de reojo a sus compañeros, que todavía siguen escribiendo. Menudo rollo tiene Víctor. Seguro que la mitad de las cosas se las inventa con tal de que le pongan Sobresaliente. Víctor es, desde que a Sebas le alcanza la memoria, el primero-de-la-clase. Algunos profesores lo ponen siempre de ejemplo. No es mal tío, pero solo deja copiar los ejercicios si no ponen nota o no hay que entregarlos. Muchas veces en los patios se queda sentado debajo de un árbol para repasar. Y no es que no se lo sepa; lo hace para “asegurar”. Tirria, lo que se dice tirria, nadie se la tiene... pero tampoco tiene amigos de esos que te defienden y dan la cara por ti. Todos los años empieza siendo el Delegado de curso porque los primeros días lo elige el tutor. Pero en cuanto hay votaciones, no sale ni siquiera de vocal. Muy popular desde luego no lo es, por mucho que Peris se empeñe en hacerle la propaganda.

Sebas aún recuerda el día que el señor Peris colocó en la arpillera de la clase un póster de Pedro Duque, el español que fue a la Luna, y les dijo con aquella voz grave y engolada: “Quiero que todos en esta clase seáis un Pedro Duque, que seáis los primeros en todo lo que os propongáis. Aquí tenéis un ejemplo –dijo señalando a Víctor, que se había puesto como un tomate- Seguid sus pasos”.

La que se armó. Todos muertos de risa excepto Víctor, claro. A Juan le dio como una especie de ataque y se cayó de la silla. Alexia mofándose y la despistada de Lore preguntando “¿pero se puede saber quién es Pedro Luque?”. Y Alexia... “Duque, tonta, que se llama Duque, que no te enteras de nada”. Y  Lore... “la tonta serás tú, que no sé quién te has pensado que eres”. “Eso; dale caña, Lore”. César solía reengancharse a cualquier discusión  y hacía tiempo que se la tenía jurada a Alexia

-¡Basta! ¿Habéis oído? ¡¡¡He dicho que basta!!!-gritó el Señor Peris- Tú, César, fuera de clase. Y tú, Lore, para mañana una redacción sobre Pedro Duque ¿entendido?

César se levantó de la silla haciendo todo el ruido que pudo y salió de clase dando un portazo. El tal Pedro Duque sería un crack, pero a partir de entonces su prestigio ante los alumnos quedaba en entredicho, no por nada, que la culpa la tenía Peris, que todo lo que tocaba lo chafaba. Es obvio que al día siguiente al personaje del póster  le salieron cuernos, barba de chivo y todo lo que un alumno puede pintarrajear cuando  alguien se le atraganta.

-¿Ya has terminado, Peñas?

Peris devuelve los pensamientos de Sebas a la dura realidad de la clase de lengua.

-Qué poco te ha cundido el verano. Tú verás, pero con esta miseria de redacción no vamos a ninguna parte. Haz el favor de esforzarte un poquito más y repasa  las faltas, que tienes muchas.

Se ha acabado la buena vida; las faltas, la caligrafía, escribir recto sin pauta. Lo de siempre. Para bien o para mal, con ganas o sin ganas, el curso ha empezado y quedan aún nueve meses para las siguientes vacaciones de verano. Sebas se marea solo de pensarlo. ¡Nueve meses! Porque con la Navidades y la Semana Santa no se puede contar; son muy pocos días y ya se encargan algunos profesores de hincharlos a deberes para que no “olviden” el colegio.

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