Los días más largos es una novela corta o un relato largo. Narra acontecimientos cotidianos que discurren en apenas una semana desde la mirada de su protagonista.

martes, 8 de marzo de 2011

CAPÍTULO 8. LA VUELTA A CASA. MONÓLOGOS INTERIORES.

Ahí está la tía Luci, que tiene poca paciencia y ya hace rato que le da al claxon. A todo esto... ¿qué hace la tía Luci en el colegio? Se suponía que hoy los iba a buscar Sole.
-¡Hola, tía! ¿Y mamá?- pregunta Sebas mientras sube al coche y cierra bruscamente la puerta.
-No, si con estos portazos cualquier día me rompéis un cristal. ¡Qué críos! Anda, un beso. Y ponte el cinturón.

Lucía habla muy deprisa, más que Sole, y Sebas, que no le  va nada la velocidad, se pierde siempre la mitad de las cosas.
-¿Y mamá, tía? ¿Por qué no ha venido?-insiste Sebas.
-Pues porque no ha podido, hombre. ¿No estás contento, que te recoge la tía Luci, que os ha venido a ver?
-Luci, las Nike una pasada. -interrumpe Toño- Juancho dice que son como las que llevará Rivaldo esta temporada. – él a lo suyo-. Me ha dicho el entrenador que a lo mejor ficho por el federado. Ostras, ojalá. Pero dice que cuenta el comportamiento y las notas del curso pasado y que se lo tiene que pensar.
-¡Ay, Dios mío! Así que cuenta el comportamiento... Pues hijo, casi que pones una vela a Santa Rita. Y si no te cogen ya te miraré yo algo, ¿vale?.... ¡Las niñas! ¿Pero qué hacen fuera de la verja?

Nuria llora  y Marta le acaricia la manita.
-¡Qué asco de mocos, Nuria!  ¿Tú, nena, eres tonta o qué?-le dice Toño mientras sale del coche.- Por qué lloras, a ver.
-Es que creía que no nos vendríais a buscar y nos tendríamos que quedar a dormir en el colegio- contesta Marta, sin inmutarse.

Por lo visto, el pánico a pasar una noche en el colegio no es un problema exclusivo de Sebas. Ahí estaba Nuria con una cara de desolación que ni Marta, que siempre domina la situación- o al menos eso es lo que Sebas y Toño piensan- logra calmarla.

-Pero “Yuya”, cariño... ¿qué es esta carita?- intenta consolarla Luci con nada de éxito- ¿Cuándo te han dejado solita en el cole? Nunca, ¿verdad? Pues entonces...reina mía. Va... que ya está... ya se pasa.

El trayecto se hace corto. ¿Por qué será que las emociones intensas acortan el tiempo, lo aceleran como una ventolera en las hojas del calendario? El silencio en el coche se puede cortar, pero los diálogos de cada uno consigo mismo  son  ensordecedores. Los cuatro tienen la mirada clavada en el horizonte, como fijada sin mirar a un lugar fijo. El primer día de clase siempre es intenso, rico en emociones. 

“...la pobre Nuria. A ella también le asusta pensar que la dejarán en el cole, que se olvidarán de irla a buscar y  tendrá que quedarse a dormir sola y que no le podrá dar el beso de buenas noches a papá y a mamá. Dentro de unos años seguramente no llorará, se aguantará como me aguanto yo, pero esa cosa que te aprieta y que te hace tragar saliva todo el rato es peor que llorar; al menos a mí me pasa cada dos por tres. Y lo peor del caso es que no sé explicarlo; no se lo he explicado ni a mamá. A Lluna sí, pero total, solo me mira y saca la lengua, que yo creo que me entiende; pero claro, con que me entienda Lluna no basta... Marta, esa no sabe la suerte que tiene. Nunca se pone nerviosa ni le aprieta el estómago hasta subirse a la garganta. Ella sí controla. Fastidia pero es así. No hay más que ver a mamá, que cuando no se acuerda de algo se lo pregunta a ella, auque sea más pequeña. Hoy seguro que le ha ido bien; o la han felicitado por los trabajos del verano, o le han dado un encargo de esos que gustan, no sé... Bueno, mejor para ella. Al fin y al cabo se lo curra. Nunca se acuesta sin haber acabado los deberes y aún le sobra tiempo para ayudar a Nuria, poner la mesa, limpiar zapatos....Y es que encima no se lo tienen que mandar; se ofrece ella. Alucinante. A Toño “la perfectita” lo pone muy nervioso. No es para menos, que si uno compara, no hay color.
No es por malpensar, pero me huele mal que justo Toño se encontrara a Gerard en las escaleras. ¿Qué hacía Toño en las escaleras? Si estaba en las escaleras es que no estaba en clase; eso está cantado. Y si no estaba en clase, una de dos: o se ha escapado, que no creo, o lo han expulsado, que es lo más probable. A ver qué cuenta en casa. Porque contarlo lo contará; Toño lo cuenta siempre todo. Pero habrá que oír su versión de los hechos. Como según él todo el mundo es injusto, la duda está en quién tendrá la culpa esta vez: el Sr. Peris que es un guarro, Juancho que es un chivato o el director que le tiene ganas desde que entró en el “maldito” colegio. Y a ver cómo se lo toman papá y mamá, que llevan todo el verano diciéndole que haga el favor, que procure no interrumpir en clase ni moverse tanto ni hacer el marrano en el comedor. Todo depende del humor con que los pille. A ver si hay suerte porque sabe mal el primer día y bronca...”

-¿A quién le ha comido la lengua el gato?; Chicos, que estáis dormidos. Id saliendo y coged las mochilas del maletero.

La tía Luci los devuelve bruscamente a la realidad. Ya están en casa; un día menos, piensa Sebas. ¡En casa! Qué ganas de estar en casa y sin deberes porque el primer día no ponen. Si no fuera porque sabía que mañana hay que volver al colegio, sería completamente feliz. Ahí está la pega. Sebas nunca es completamente feliz. Siempre hay algo que le hurga, que le araña flojito en un lugar indeterminado de su corazón y le impide relajarse, disfrutar el momento. En vacaciones no, porque son tan largas que el final se ve muy lejos. Y los viernes tampoco, porque aún queda el sábado y el domingo. Esa es otra... el domingo. ¡Qué corto se hace el domingo! Es como el aperitivo del lunes. Acabar los deberes, ir a Misa, preparar la ropa del día siguiente, acostarse temprano aunque no haya sueño...

2 comentarios:

  1. El caso es que los comprendo a todos, cada uno tan como es. ¿Qué ha pasado, Sunsi? ¿Por qué no ha ido su madre a buscarlos hoy?

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  2. lolo... La tía Luci quiere a rabiar a los niños... Se ofrece. Tal vez Sole aprovecha para "adelantar"... Eso Sebas no lo sabe porque no lo ve.
    Gracias, lolo. Es que... este relato es como un hijito pequeño.

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